un toque de suerte
Todo lo que existe en el Universo es fruto del azar y la necesidad, decía Demócrito
¿Es esto para agradecerle al destino por haberme reservado el destino de ser profesor? Coloco el azar en el corazón del primer Luchrone. Los ligeros movimientos de Nemo son producidos por frecuencias inciertas de viejos componentes que recogí deliberadamente de la basura de un laboratorio por su falta de precisión.
En 1984 expuse en la EHESS Nemo y otros Luchrones construidos según el mismo principio. Son el foco de una animada discusión con estudiantes de ciencias. Uno de ellos me opone que, conociendo las características, aunque imprecisas, de mis componentes, y a partir de la condición inicial que es la puesta en marcha, se puede predecir el comportamiento de mis esculturas. Una predicción que, según admite, es poco probable que se cumpla ese día, pero sí es posible en el futuro.
Así que voy a comenzar con un generador de aleatoriedad “aproximada”; me gusta mucho esta idea. La coincidencia que he inventado no es fiable. ¿Es realmente serio?
Diamante 1980
Mis puntuaciones se extraen aleatoriamente de los “estantes” virtuales de la biblioteca contenida en el chip de memoria. Luego, en la década del 2000, exploré la combinación de ritmos y formas. A veces las partituras se reproducen en bucle pero con ligeras variaciones (fases), inspiradas en Philip Glass. A veces se combinan casi infinitamente. Simplemente reuniendo varias calculadoras pequeñas en una misma obra se puede producir una cantidad colosal de combinaciones melódicas de luz. Lo difícil es armonizar.
Contresferas 2007
Para sacar el máximo provecho del enfrentamiento orden/caos es necesaria una buena práctica de las reglas de composición. Y para ello el viejo Bach muestra el camino. En los años siguientes trabajé menos en el azar que en la combinación de movimientos ligeros construyendo mi herramienta Fux. Como existen procesadores de texto, imágenes o sonido, Fux me ayuda a escribir y probar mis puntuaciones de luz.
Abundancia - 2010
Los primeros Luchrones a lamparas son accionados por osciladores “aleatorios” que alimentan circuitos de conteo. Alrededor de 2010, los microcontroladores y las memorias llegaron casi al mismo tiempo que los LED blancos.